La teoría de la indefensión aprendida fue desarrollada por Martin Seligman en la década de los 70 del siglo pasado. Para Seligman la depresión se produce cuando las personas atribuyen sus «fracasos» a sucesos incontrolables y creen que continuaran fracasando debido a la falta de control que mantienen sobre las circunstancias que hacen que fallen, es decir la depresión se produce cuando las personas asumen que los acontecimientos que suceden en sus vidas son independientes de sus acciones y por lo tanto no controlables. Las investigaciones sobre la indefensión aprendida comenzaron con animales ( Seligman y Maier, 1967; Overmier y Seligman1967) y son la base de la teoría sobre la depresión de Seligman.
Uno de los primeros experimentos se realizo con tres grupos de perros que eran expuestos a las siguientes condiciones:
- Sonido seguido de una descarga electrica.
- Sonido seguido de una descarga que podía pararse presionando un panel con la cabeza.
- Sonido sin descarga.
En la primera fase del experimento los perros del grupo 1 y 2 recibían 64 descargas precedidas por un sonido, y estaban emparejados de tal forma que cuando un perro del grupo 2 paraba la descarga, el perro del grupo 1 emparejado con él dejaba de experimentarla . Una vez terminada esta primera fase los perros pasaban a un entrenamiento en una caja lanzadera. Las cajas lanzaderas se utilizan para estudiar el aprendizaje de evitación, consiste en una caja separada en dos partes en la que los animales pueden pasar fácilmente de un lado a otro. Una vez en la caja aparecía un sonido y a los 10 segundos una descarga. Los resultados fueron contundentes mientras que cerca del 90% los perros del grupo 2 y 3 aprendían a evitar las descargas en el grupo 1 solo un tercio de los perros lo conseguía. El impacto de estar expuestos a descargas incontrolables en los perros se hizo evidente y mostraban grandes dificultades para aprender una conducta de evitación incluso cuando en algún ensayo acertaban y pasaban hacia el otro lado de la caja lanzadera. Los sorprendentes resultados animaron a más investigadores a seguir estudiando la indefensión demostrando efectos similares en otros animales (gatos, peces, ratas…) incluidos los seres humanos.
En el vídeo se muestra un aprendizaje de evitación en una caja lanzadera. Tras una serie de ensayos en los que el ruido es asociado a una descarga la rata es capaz de evitarla pasando al otro lado de la caja una vez que el sonido aparece.
En los experimentos con personas las descargas incontrolables de la primera fase experimental se sustituyeron por ruidos desagradables o problemas irresolubles y en las segunda fase se medía el rendimiento en tareas de evitación, tareas de solución de problemas o anagramas (Hiroto y Seligman 1975). Los resultados muestran que las personas expuestas a situaciones incontrolables también presentan el fenómeno de indefensión, para Seligman este tipo de situaciones generan en las personas una expectativa en la que se desconectan las acciones del resultado «si lo que hago no tiene ninguna repercusión en el ambiente mejor no hacer nada», se espera que los acontecimientos futuros también sean incontrolables las personas comienzan a actuar de forma pasiva, más lentamente, muestran incapacidad para iniciar acciones y evitar situaciones frustrantes o desagradables, esta disminución en la motivación va acompañada de sentimientos de incompetencia, frustración y depresión (Roth y Kubal 1975).
Las destrezas cognitivas también se ven afectadas, se producen ejecuciones más pobres e a la hora de solucionar problemas, en los test de inteligencia o a la hora formar conceptos. La expectativa de manejar con éxito una situación depende de la percepción de control que hayamos experimentado en el pasado pero el estado de indefensión dificulta que la información positiva genere un cambio en la expectativa de fracaso generando una expectativa de fracaso en el tiempo. La importancia del modelo de indefensión reside en las similitudes que mantiene con la depresión, para Seligman la depresión al igual que la indifensión se produce cuando las personas generan expectativas de incontrolabilidad. Los déficits que se producen en la indefensión (motivacionales, emocionales y cognitivos) son similares a ciertos síntomas que aparecen en las personas con depresión. A continuación se exponen un resumen las semejanzas entre indefensión y depresión:
- Tanto en la depresión como en la indifensión se produce un deterioro en la motivación.
- La depresión aumenta tras experiencias incontrolables aversivas.
- Las personas deprimidas y las personas que muestran indefensión presentas sesgos cognitivos (fallos a la hora de interpretar la realidad).
- Las personas deprimidas muestran dificultades para modificar sus expectativas negativas sobre el rendimiento en tareas de habilidad. Al igual que en la indefensión, el control percibido sobre los acontecimientos negativos y la expectativa de poder controlarlos en el futuro es baja incluso cuando se obtiene éxito en la tarea.
- Las personas deprimidas obtienen rendimientos similares a las personas que experimentan indefensión cuando tienen que de evitar una estimulación desagradable.
- Las personas no deprimidas que se les induce un estado de indefensión se comportan en los experimentos de forma similar a las personas deprimidas.
- Las personas deprimidas y las indefensas suponen que el éxito en una tarea de destreza se debe al azar.
La acumulación de estudios realizados en a partir de la década de los setenta puso de manifiesto ciertos resultados poco congruentes con el modelo de indefensión, ciertas personas no mostraban un deterioro en su ejecución y otras mejoraban tras estar expuesto a situaciones incontrolables. Estos resultados, contradictorios con lo esperable según el modelo, mostraban como alguna variable estaba actuando y modulando el fenómeno de indefensión. En 1978 Abramson, Seligman y Teasdale reformularón la teoría de la indefensión incluyendo las atribuciones y el locus de control, esta versión mejorada podía explicar mucho mejor los resultados contradictorios. Lea Depresión: el modelo atributivo.
Bibliografía:
Abramson, L. Y., Seligman, M. E., & Teasdale, J. D. (1978). Learned helplessness in humans: critique and reformulation. Journal of abnormal psychology, 87(1), 49.
Hiroto, D. S., & Seligman, M. E. (1975). Generality of learned helplessness in man. Journal of personality and social psychology, 31(2), 311.
Overmier, J. B., & Seligman, M. E. (1967). Effects of inescapable shock upon subsequent escape and avoidance responding. Journal of comparative and physiological psychology, 63(1), 28.
Roth, S., & Kubal, L. (1975). Effects of noncontingent reinforcement on tasks of differing importance: Facilitation and learned helplessness. Journal of Personality and Social Psychology, 32(4), 680.
Seligman, M. E., & Maier, S. F. (1967). Failure to escape traumatic shock. Journal of experimental psychology, 74(1), 1.
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