Componentes de las emociones: la expresión.
Mire la serie de rostros que se presentan a continuación
Con un simple vistazo a un rostro usted es capaz de interpretar correctamente la emoción que se expresa.
El ser humano tiene una capacidad innata para expresar y percibir las emociones. Con apenas un vistazo al rostro de una persona nuestro cerebro puede descifrar como se siente esa persona . Esta rapidez y automaticidad tiene un sentido evolutivo ya que la expresión y el reconocimiento de las emociones es un mecanismo esencial para vivir dentro de un mundo social, nos ayuda a ser empáticos, nos permite reconocer como se encuentran los demás y actuar en consecuencia y constituye una parte del cuidado de los bebes. Cuando un bebe ríe, llora, expresa miedo…, reconocemos inmediatamente la emoción que experimenta y su cuidador va a actuar en consecuencia (dar comida, contacto físico, cambiar pañal, seguir jugando….), esta forma de comunicación es la única que tienen los bebes para expresar su mundo. Para que esto suceda el bebe tiene que expresar como se siente sin que medie ningún tipo de aprendizaje al igual que la madre tiene que entender lo que significan los gestos, sonidos o cara. A esta comunicación en la que no interviene el lenguaje se denomina comunicación no verbal y va a ser su única forma de comunicarse de los bebes hasta que empiezan a adquirir el lenguaje.
Los bebes nacen con un desarrollo motor muy reducido en comparación con otras crías de mamíferos que a las pocas horas son capaces de caminar, en nuestra especie ese grado de desarrollo se produce aproximadamente al año. Las causas de que nuestros bebes nazcan tampoco desarrollados se debe fundamentalmente al gran tamaño de nuestra cabeza y a los cambios producidos en la cadera de nuestra especie al desarrollar el bipedismo, por lo que un parto con mas de nueve meses de gestación sería muy complicado para la madre y el bebe. Así que nuestros bebes son «prematuros» y requieren un mayor cuidado y atención, durante más tiempo. Y aqui la expresión emocional del bebe y la compresión de los cuidadores adquiere un sentido trascendental: «quien no llora no mama».
La mayoría de las personas son capaces de detectar las emociones en otros individuos y parece ser que las las mujeres lo hacen mejor (Rosenthal y Hall 1979) quizás por ser quien cuidaba de su progenie a largo de miles de años. Por otro lado sabemos que personas que sufren esquizofrenia, trastornos del espectro autista y las personalidades psicopáticas son menos eficaces a la hora de reconocer las emociones en los demás.
La comunicación no verbal es el canal principal de la comunicación emocional, surgió mucho antes que la comunicación verbal y predomina sobre esta cuando ambas entran en conflicto. Imaginemos que percibimos que un amigo esta triste o preocupado, simplemente hemos visto su cara y hemos pensado que no se encuentra bien, cuando le preguntamos si le sucede algo el nos dice: “todo está bien”, esta información verbal no va a cambiar la creencia “algo le sucede” que hemos generado viendo su cara y su cuerpo. Podemos mentir con nuestras palabras pero es mucho más complicado hacerlo con nuestro cuerpo. El predominio de lo emocional ante el contenido en la comunicación hace posible que entendamos que dos personas están discutiendo aunque lo hagan en una lengua desconocida para nosotros. De forma similar el tono de la voz (irónico, cariñoso, irritado,…) va a ser mucho más determinante a la hora de comprender e interpretar un mensaje que el contenido del mismo.
La comunicación es una de las funciones básicas de las emociones pero no la única, las emociones nos ayudan a centrar la atención en el estímulo que la desencadena y nos preparan para afrontar situaciones importantes, pensemos en como la ansiedad nos prepara para enfrentarnos a una situación de peligro o como el asco nos aleja de alimentos en mal estado y todo esto sucede de forma automática, sin esfuerzo. Las emociones son parte de nosotros porque nos han adaptado a vivir en nuestro medio.
Todas las emociones tienden a expresarse mediante nuestro rostro, cuerpo, movimiento o gesto. Pero ¿Qué sucede cuando adoptamos un gesto o movimiento característico de una emoción? Multitud de experimentos (James Laird y col 1974,1989; Strack y col 1988; Ekman y col, 1983, 1990) han demostrado que si inducimos una expresión facial que concuerda con una expresión emocional la gente tiende a experimentar la emoción. Por ejemplo si le pedimos a una persona que sujete un bolígrafo con los dientes, le estamos forzando a generar una sonrisa que a su vez va a generar una emoción agradable. Es como sí nuestras expresiones faciales enviaran señales a nuestro sistema nervioso que tiende a responder con concordancia. Lo mismo ocurre con nuestro cuerpo, si adoptamos una postura hundida y caminamos cabizbajos, a pasos cortos y lentos (típica postura y movimiento de una persona deprimida) durante un tiempo prolongado, notaremos como empezamos a sentirnos más tristes. No solo nuestra cara y cuerpo expresan las emociones, también las pueden generar.